Qué es la IVC
Las venas son un elemento esencial del organismo. Su función es la de transportar la sangre al corazón. Nuestra sangre fluye en dos direcciones: desde el corazón a diferentes partes del cuerpo y de vuelta al mismo desde ellas. En el caso de nuestras piernas, con cada paso que damos, nuestras venas permiten que la sangre venza la fuerza de la gravedad y regrese al corazón gracias a un sistema de válvulas que impide su retroceso. Cuando estas válvulas fallan, la sangre se estanca, las venas se dilatan y se produce la Insuficiencia Venosa Crónica (IVC), una enfermedad cuyas principales manifestaciones son las varices y las piernas cansadas.
Síntomas de la IV
- Pesadez de piernas
- Edema
- Tensión
- Dolor de estiramiento
- Calambre nocturnos
- Pesadez de piernas
- Desasosiego de piernas
Cuida tus venas recomienda prestar una especial atención al cuidado y tratamiento de las varices e indica 15 consejos de buenos hábitos para ayudar a los pacientes a afrontar de una forma más saludable su enfermedad:
- Evitar pasar mucho tiempo sentado.
- Evitar pasar largos periodos de tiempo de pie.
- Practicar ejercicio regularmente. Caminar, andar bicicleta o nadar facilita la circulación de la sangre y el retorno venoso.
- Huir del sedentarismo.
- Utilizar calzado ortopédico, especialmente adaptado con una forma de plantilla idónea.
- Llevar zapatos con un tacón de entre 3 y 4 centímetros.
- Evitar los tacones altos.
- Utilizar medias de compresión que facilitan el retorno venoso.
- Evitar la ropa ajustada, que puede dificultar la circulación venosa normal.
- Mantener un peso adecuado. El sobrepeso y la obesidad agravan los síntomas de la IVC.
- Comer de manera sana e introducir alimentos ricos en fibra.
- Evitar fuentes de calor
- Visitar periódicamente al médico y seguir sus instrucciones.
- Contar con el farmacéutico como profesional sanitario cercano y aliado a lo largo de la enfermedad.
- Mantener una correcta adherencia al tratamiento indicado por el médico.